Celebrando su impacto en Puerto Vallarta y alrededor del mundo.
El 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Rural, fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2007 para reconocer la inestimable contribución de las mujeres rurales al desarrollo económico, social y cultural, en particular en las regiones agrícolas. Este día nos invita a reflexionar sobre la importancia del trabajo de las mujeres en las zonas rurales y cómo su esfuerzo y dedicación impactan tanto en sus comunidades como en la economía global.
En Puerto Vallarta, esta conmemoración tiene un significado especial, ya que muchas mujeres rurales llegan a los mercados locales de diversas regiones para vender sus productos, trayendo consigo la riqueza de sus tierras y la diversidad agrícola de Jalisco y otras zonas rurales. Su presencia es crucial para mantener el abasto de productos frescos y naturales que satisfacen la demanda tanto de los habitantes como de la industria turística de esta importante ciudad costera.
Las mujeres rurales desempeñan un papel esencial en la agricultura, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible. Según datos de la ONU, más del 40% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo está compuesta por mujeres. No sólo cultivan y cosechan los cultivos, sino que también gestionan los recursos y participan en actividades relacionadas con el procesamiento y la comercialización de los productos agrícolas.
En lugares como Puerto Vallarta, estas mujeres enfrentan retos adicionales, como la distancia que deben recorrer desde sus comunidades rurales para vender sus productos en los mercados de la ciudad. A pesar de estos obstáculos, su persistencia y compromiso son admirables, logrando que productos como frutas, verduras, artesanías y alimentos elaborados de manera tradicional lleguen a las manos de los consumidores.
A pesar de su importante contribución, las mujeres rurales a menudo enfrentan desigualdades y dificultades económicas. En muchos casos, tienen menos acceso a recursos esenciales como la tierra, el crédito, la educación y la tecnología. Estas desigualdades limitan su capacidad para aumentar la productividad y mejorar su calidad de vida.
En las regiones rurales de Jalisco y otras partes de México, las mujeres aún luchan por obtener el mismo acceso que los hombres a herramientas, financiamiento y asistencia técnica que les permitiría mejorar la eficiencia de sus cultivos y emprendimientos. Además, enfrentan desafíos como el transporte inadecuado y el acceso limitado a los mercados formales para vender sus productos.
El empoderamiento de las mujeres rurales es fundamental para reducir la pobreza y promover el desarrollo sostenible. Diversas organizaciones internacionales y locales han puesto en marcha programas destinados a mejorar las condiciones de vida de las mujeres rurales, promoviendo su acceso a recursos financieros y tecnologías agrícolas.
En México, algunas iniciativas gubernamentales y no gubernamentales se centran en brindar capacitación y microcréditos para ayudar a las mujeres rurales a mejorar sus habilidades productivas y empresariales. Además, se están desarrollando programas educativos para ayudar a las mujeres rurales a comprender mejor sus derechos y aprender nuevas prácticas agrícolas que aumenten la producción y la sostenibilidad.
Puerto Vallarta es testigo de cómo estas iniciativas pueden transformar vidas. Las mujeres rurales que llegan a la ciudad no sólo traen productos del campo sino también historias de resiliencia, en las que han logrado diversificar sus actividades agrícolas, acceder a mercados más amplios y participar activamente en la economía local.
No se puede subestimar el papel de las mujeres rurales en la soberanía alimentaria. A nivel mundial, ellas cultivan la mayoría de los alimentos que se consumen en el país, especialmente en las zonas rurales. Además, la agricultura familiar, en la que las mujeres desempeñan un papel fundamental, es esencial para la seguridad alimentaria en muchas comunidades.
Las mujeres rurales de México, en particular, están profundamente conectadas con las tradiciones agrícolas y los sistemas alimentarios locales. En Puerto Vallarta, estas mujeres son responsables de llevar productos frescos, locales y tradicionales a los mercados, contribuyendo a una dieta equilibrada y nutritiva para la comunidad. Su conocimiento de las prácticas agrícolas sostenibles y la conservación de las semillas nativas es clave para la resiliencia de la agricultura local frente al cambio climático y la globalización.
Además de su participación en las actividades agrícolas, las mujeres rurales suelen ser las principales cuidadoras de sus familias y comunidades. Esta doble función, tanto productiva como reproductiva, supone una carga extra que no siempre se reconoce. Sin embargo, su participación en la economía familiar es crucial para mejorar las condiciones de vida en las zonas rurales.
En Puerto Vallarta, muchas mujeres rurales acuden a los mercados no sólo a vender productos agrícolas, sino también a comercializar productos artesanales o procesados, como mermeladas, conservas y textiles hechos a mano. Esta diversificación de sus actividades económicas contribuye al bienestar de sus familias, permitiéndoles contar con ingresos adicionales y una mayor independencia económica.
El Día Internacional de las Mujeres Rurales es una oportunidad para destacar a los millones de mujeres que, como las que llegan a Puerto Vallarta, trabajan incansablemente para sostener la vida en las zonas rurales. Los gobiernos, las organizaciones y los ciudadanos deben reconocer sus esfuerzos y trabajar para eliminar las barreras que enfrentan.
Para lograrlo, debemos abogar por:
*Mejor acceso a la tierra y a los recursos productivos: Las políticas públicas deben garantizar que las mujeres rurales tengan los mismos derechos que los hombres en materia de propiedad y uso de la tierra, así como acceso al crédito y a la asistencia técnica.
*Promoción de la igualdad de género en el sector agrícola: Se deben implementar programas para reducir la brecha de género en el acceso a la educación y capacitación técnica, con el objetivo de mejorar la productividad agrícola.
*Apoyo a las mujeres empresarias rurales: brindar acceso a financiación, capacitación y tecnología para que las mujeres rurales puedan iniciar y ampliar sus negocios es crucial para su empoderamiento.
*Garantizar el acceso a los mercados: Facilitar el acceso de las mujeres rurales a mercados formales y justos es esencial para garantizar que puedan obtener precios competitivos para sus productos.
El Día Internacional de las Mujeres Rurales es una ocasión para reconocer y valorar la labor de las mujeres que sustentan la agricultura y las economías rurales, tanto a nivel local como global. En Puerto Vallarta, el impacto de estas mujeres se siente en los mercados y en la vida cotidiana de sus habitantes, quienes disfrutan de los productos frescos y artesanales que traen del campo. Es fundamental seguir apoyando y empoderando a las mujeres rurales, no sólo para mejorar sus vidas sino también para asegurar un futuro sostenible para todos.