Mucho más que un accesorio de moda.
Puerto Vallarta, con su encanto tropical, su brisa marina y sus cielos despejados, es un paraíso para quienes han decidido vivir aquí desde otros países. Pero hay un detalle que muchos aún subestiman: el sol en esta región no solo es una fuente de disfrute... también es un reto diario para la salud visual. Por eso, hablar de gafas de sol es hablar de protección, prevención y, en cierto sentido, de justicia social.
Una larga historia
Aunque hoy asociamos las gafas de sol con celebridades o modelos de revistas, su historia es mucho más funcional. Siglos atrás, los jueces de la antigua China las usaban para ocultar sus emociones en los tribunales, mientras que los pueblos árticos crearon viseras de hueso para protegerse del resplandor de la nieve. No fue hasta el siglo XX que se popularizaron en Occidente, especialmente cuando los pilotos de guerra y las estrellas de Hollywood las adoptaron como parte de su atuendo diario.
Hoy en día, las gafas de sol se han convertido en parte de la vida cotidiana, y en lugares como Vallarta, pueden marcar la diferencia entre una vida saludable y futuros problemas oculares.
Sol, mar... y rayos ultravioleta
Puerto Vallarta recibe una cantidad muy alta de radiación solar durante la mayor parte del año. A esto se suma el reflejo del mar y la arena, que amplifica el impacto de los rayos UV en los ojos. Esto no se trata solo de la incomodidad causada por el deslumbramiento: la exposición prolongada puede provocar cataratas, degeneración macular, pterigión y otras afecciones oculares graves.
Por eso vivir aquí significa entender que las gafas de sol son una necesidad médica, no sólo un accesorio de playa.
El dilema del precio
Uno de los aspectos más sorprendentes para muchos extranjeros que exploran el mercado local de gafas de sol es la amplia gama de precios: desde $40 pesos en puestos callejeros hasta modelos de lujo que superan los $50,000. ¿A qué se debe esta diferencia tan amplia?
Las gafas de sol baratas a menudo no ofrecen una verdadera protección UV, aunque digan que sí. Solo oscurecen la visión, lo que puede ser aún más peligroso porque dilatan la pupila sin bloquear los rayos dañinos.
Los modelos más caros incorporan tecnologías ópticas avanzadas, materiales duraderos y, en muchos casos, marcas de diseño que aumentan su valor por razones estéticas y sociales, en lugar de clínicas. El resultado: quienes más necesitan protección (trabajadores al aire libre, adultos mayores, personas con bajos ingresos) suelen usar gafas de sol de baja calidad, mientras que quienes pueden permitirse pagar más suelen hacerlo simplemente por moda. Esta brecha refleja un problema de equidad que va más allá del estilo.
¿Qué deben tener en cuenta los residentes extranjeros?
Para quienes viven en Puerto Vallarta todo el año o la mayor parte del tiempo, lo más importante es adquirir lentes que garanticen:
● Protección UV400 real (bloqueo total de los rayos UVA y UVB).
● Polarización para reducir el deslumbramiento en superficies como el mar.
● Comodidad y ajuste, especialmente si se usarán a diario.
No es necesario gastar una fortuna: marcas confiables ofrecen lentes entre $500 y $2,000 pesos con excelente protección y durabilidad. Idealmente, se deben comprar en ópticas profesionales o tiendas especializadas que garanticen la certificación. Es cuestión de conciencia colectiva. Las gafas de sol deben formar parte de la educación sanitaria preventiva. Así como se promueve el uso de protector solar, el uso de gafas de sol con protección real debe promoverse como política pública. Quizás, como residentes extranjeros con recursos y acceso a la información, también podamos contribuir informando a nuestros vecinos y conocidos locales y exigiendo mejores políticas de salud visual en escuelas, lugares de trabajo y espacios públicos.
Vivir en Puerto Vallarta es un privilegio. Pero disfrutar del sol no debería significar sacrificar la vista. En esta tierra de luz y vida marina, cuidar la vista debería ser una prioridad para todos. Así que la próxima vez que veas un puesto de gafas en el malecón, recuerda: no se trata solo de verse bien, se trata de ver bien... por muchos años.