Poesía de recuerdos de viento y lluvia para San Valentín.
Como por encargo, San Valentín tuvo su protesta de la Naturaleza, que desbarató varios planes al aire libre para los enamorados y dejó un ambiente más bien melancólico y contemplativo, un extraño clima de noche bohemia y largo abrazo. Las notas musicales en el corazón huelen a recuerdos perdidos y a reminiscencias obsoletas. El amor se manifestó en su forma más natural, con gotas de lluvia y viento helado; no parecía el clima apropiado para los vallartenses que se han acostumbrado al sudor entre la piel, al sabor de la cerveza fría contrastando con el calor extremo. Las nubes que se movían rápidamente dejaron una pausa de lluvia lista para la meditación.
El día inició con una temperatura de 16 grados centígrados y un día parcialmente nublado, lo que para la percepción de los vallartenses ya es de frío intenso. A lo largo del día mejoró; A las 9 de la mañana ya había salido a saludar el pequeño sol del día mientras un cielo parcialmente nublado dificultaba la comunicación, pero ya habíamos ascendido a 19 grados centígrados. Luego, al mediodía, comenzó el "Chipi-chipi", la llovizna interminable como el Amor, dejándonos con un 73% de humedad y rachas de viento de 9 km/h, pero con un viento frío que dejó estornudos a los vallartenses. A las 6 de la tarde, la temperatura había aumentado a 26 grados centígrados y la humedad se mantenía en 47%, lo que llevó a los amantes a optar por café caliente, chocolate caliente y actividades en el interior para evitar el frío, lo cual es un tema importante en una relación romántica. El calor de las pasiones, el calor de las caricias, el calor de los cuerpos dan paso al desarrollo del afecto entre las parejas.
El frente frío número 34 hizo de las suyas, para bien de algunos y para mal de otros, pero obligó a todos los vallartenses a sacar sus abrigos para protegerse del extraño frío que visitó las tierras del Amor en San Valentín.