Las ballenas han llegado a Puerto Vallarta

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La sabiduría de la naturaleza nos trae hermosas experiencias con las ballenas


Cada año, a partir de diciembre, las ballenas eligen Puerto Vallarta y su bahía para engalanar su presencia. Este fenómeno se produce debido a una combinación de factores biológicos, geográficos y ambientales que hacen de esta zona un escenario ideal para su ciclo de vida.

La Bahía de Banderas, una de las más grandes de México, ofrece aguas cálidas, tranquilas y protegidas, lo que crea un refugio perfecto para las ballenas jorobadas durante los meses de invierno. Estas condiciones son vitales para actividades clave en su ciclo de vida, como el apareamiento, el parto y el cuidado de sus crías recién nacidas.

Las ballenas jorobadas migran anualmente desde sus zonas de alimentación en las aguas más frías del norte, como Alaska y Canadá, a áreas tropicales y subtropicales como Puerto Vallarta para:

Apareamiento: Los machos interpretan sus famosos cantos submarinos para atraer a las hembras.
Parto: Las hembras preñadas llegan para dar a luz a sus crías en estas aguas más cálidas, que son más seguras para los recién nacidos debido a la ausencia de depredadores naturales como las orcas.

La crianza de sus crías: Las ballenas recién nacidas necesitan aguas cálidas porque carecen de suficiente grasa corporal para soportar el frío de las regiones árticas.

Las ballenas tienen un notable sentido de orientación y memoria, lo que les permite regresar a los mismos lugares año tras año. Las hembras que nacen en las aguas de Puerto Vallarta suelen regresar para dar a luz, continuando una tradición migratoria que se extiende por generaciones.

La bahía ofrece un entorno protegido y aislado, libre de grandes depredadores como las orcas. Además, sus aguas relativamente profundas y tranquilas permiten el descanso de las madres y sus crías. La temperatura del agua durante el invierno oscila entre los 22°C y los 27°C, ideal tanto para las ballenas como para sus crías. La salinidad de la Bahía de Banderas también mejora la flotabilidad y la comodidad de estos grandes mamíferos marinos.

A diferencia de sus zonas de alimentación del norte, Puerto Vallarta y la Bahía de Banderas están libres de hielo y, aunque no son un hábitat de alimentación (las ballenas no comen durante su estadía), proporcionan un ecosistema favorable para el apareamiento y la crianza de sus crías.

Aunque no se trata de un factor biológico, la presencia de las ballenas coincide con la temporada alta de turismo en Puerto Vallarta, lo que ha propiciado el desarrollo de tours responsables de avistamiento de ballenas que promueven la conservación y el respeto por estos mamíferos marinos. Estas interacciones reguladas también ayudan a financiar proyectos de investigación y preservación del hábitat.

El ciclo migratorio de las ballenas se alinea con las estaciones. Durante el verano boreal, se alimentan intensamente de krill y peces pequeños para acumular reservas de grasa. En el invierno boreal (de diciembre a marzo), migran al sur para reproducirse y cuidar de sus crías.

Sin duda, Puerto Vallarta es un lugar privilegiado para presenciar este espectacular fenómeno natural. Esta experiencia refuerza además el compromiso de la ciudad con la conservación marina y el turismo sustentable.
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