La noria.

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El origen de un emblema de las exposiciones universales.


La noria es una de las atracciones más emblemáticas de las ferias de todo el mundo y su historia se remonta a varios siglos atrás.

El concepto de una rueca con pasajeros tiene raíces antiguas. Se cree que los primeros diseños rudimentarios aparecieron en el Imperio bizantino, alrededor del siglo XVII, cuando viajeros europeos describieron estructuras similares en Constantinopla (actual Estambul). Estas ruedas eran impulsadas manualmente por personas que caminaban sobre ellas o las empujaban desde abajo.

Sin embargo, la noria moderna nació en 1893, cuando el ingeniero George Washington Gale Ferris Jr. diseñó la primera gran noria para la Feria Mundial de Chicago. Su estructura medía 80 metros de altura y tenía capacidad para 2,160 personas en una sola vuelta. Esta innovadora atracción fue la respuesta estadounidense a la Torre Eiffel de París, creada para la Feria Mundial de 1889. Desde entonces, la noria se ha convertido en un símbolo de emoción y diversión en ferias y parques de atracciones.

La noria en México

En México, la rueda de la fortuna ha sido parte fundamental de las ferias tradicionales y exposiciones itinerantes durante décadas. Su atractivo reside en la emoción de elevarse a grandes alturas y disfrutar de vistas panorámicas de ciudades y pueblos. Puerto Vallarta no es la excepción, ya que actualmente cuenta con una rueda de la fortuna en la Plaza Pitillal, que permanecerá abierta por tiempo limitado.

Este tipo de atracción no solo ofrece diversión, sino que también se convierte en un atractivo turístico. En ciudades como Guadalajara, Ciudad de México y Monterrey, existen ruedas gigantes que ofrecen vistas espectaculares de la metrópoli. Aunque la rueda del Pitillal es temporal, sin duda ha generado gran interés entre los vallartenses y visitantes que desean experimentar la sensación de sobrevolar la ciudad.

Puerto Vallarta ha considerado la posibilidad de tener una noria permanente en su municipio por diversas razones, principalmente relacionadas con el turismo y el entretenimiento. Sin embargo, esta idea también presenta aspectos negativos que deben tomarse en cuenta. Una noria permanente podría convertirse en un ícono de la ciudad, similar a otras ciudades costeras como Santa Mónica, Londres o Dubái. Podría atraer a más visitantes, especialmente a quienes buscan vistas panorámicas del mar y la bahía. Generaría empleos directos e indirectos en mantenimiento, operación y venta de boletos. Beneficiaría a negocios cercanos, como restaurantes, tiendas de recuerdos y transporte turístico.

Una noria bien ubicada ofrecería impresionantes vistas de la Bahía de Banderas, atardeceres y las montañas. Podría ser una alternativa de entretenimiento familiar para residentes y turistas.

Sin embargo, una gran noria alteraría el paisaje natural de la bahía, afectando la vista tradicional de la ciudad. La contaminación lumínica podría afectar la fauna, especialmente las aves marinas. Las condiciones climáticas (huracanes, humedad y salinidad) podrían acelerar el deterioro de la estructura, incrementando los costos de reparación. Es difícil encontrar un espacio adecuado sin afectar a la comunidad local ni a las zonas turísticas establecidas. Si se instalara en el Malecón, podría alterar la estética e identidad tradicionales del centro histórico. Construir una noria de calidad requiere una inversión multimillonaria. No se garantiza que el número de visitantes sea suficiente para recuperar la inversión. Puerto Vallarta ya cuenta con atractivos naturales únicos, como playas, avistamiento de ballenas y selva tropical. En lugar de una noria, se podría invertir en proyectos culturales o ecológicos o en la mejora de la infraestructura turística existente.

Datos curiosos sobre la noria

● La noria más alta del mundo es la Ain Dubai, inaugurada en 2021, con una altura de 250 metros.

● Muchas norias modernas tienen cabinas cerradas con aire acondicionado, lo que permite comodidad independientemente del clima.

En la Feria de San Marcos (Aguascalientes) y la Feria de León, las ruedas de la fortuna son unas de las atracciones más esperadas cada año.

Así pues, si bien la idea de una rueda de la fortuna permanente en Puerto Vallarta suena atractiva, sus costos, su impacto ambiental y su inviabilidad la convierten en una propuesta indeseable. La ciudad debería centrarse en realzar su belleza natural y riqueza cultural antes de adoptar un proyecto que podría no encajar con su identidad. Si estás en Puerto Vallarta, no te pierdas la oportunidad de subir a la rueda de la fortuna del Pitillal, disfrutar de la vista y experimentar la emoción de volar.